viernes, 4 de febrero de 2022

JOAQUÍN SOROLLA:LA LUZ DEL MEDITERRÁNEO  


Hoy es 27 de febrero, mi cumpleaños. Si no puedo pintar, mi vida no tiene sentido. Tras mi ataque de hemiplegia, con medio cuerpo paralizado, mis manos (casi garras), apenas si pueden sostener  algo. Me debato, lucho, me desespero sentado en mi sillón tragándome mi amargura. Los días se me hacen eternos. Tengo desgana por todo y siento  mis fuerzas mermar cada día.

 Cierro fuerte los ojos y empiezo a oír el rumor de las olas que, espumeantes, llegan a la orilla y besan la arena. Vestidos blancos ondeando al viento. Niños  morenos, brillantes jugando como pececillos en las aguas transparentes. Azul. Y todo ello bañado por el dorado sol de mi tierra. Esto es lo que siempre me ha gustado pintar, a pesar de mis estancias en Roma estudiando a los clásicos, a pesar de los retratos más académicos de Cajal, Galdós, Alfonso XIII, Castelar o Blasco Ibáñez, a pesar de los galardones y premios que me fueron otorgados, siempre vuelvo a esa querencia primigenia de plasmar las escenas cotidianas de mi entorno bajo la luminosidad mediterránea; Luminismo Valenciano, lo llamaron mis colegas atribuyéndome ese estilo y sí, creo que lo logré. La primera vez que fui a París (1885) y entré en contacto con el Impresionismo, me di cuenta enseguida de que esta nueva técnica era lo  que yo buscaba para representar la realidad de la naturaleza, siempre cambiante; la inmediatez de la pintura al aire libre para captar el mar, el viento o la luz con grandes pinceladas rápidas y abocetadas.

Hoy, en estos días de ociosidad forzosa,  me permito hacer balance de mi vida y pienso que tuve suerte. Fui profeta en mi tierra y conté con reconocimiento mundial –cosa que pocos han podido decir- y no es falta de modestia; solo pienso lo que me sucedió.

Oigo los pasos de mi adorada Clotilde que, como cada tarde, me   trae la merienda:  una taza de blanca porcelana llena de café humante, tostadas con mantequilla y esa celestial mermelada de naranja que ella misma elabora como buena valenciana. No tengo hambre. Apenas pruebo el bocado que ella me acerca a la boca.

Un  día  recibí una carta de EEUU. Era de Mr. Archer M. Huntington, millonario y amante del alma española hasta tal punto que, en 1904, fundó  la Hispanic Society of America. En la misiva él y Thomas Fortune Ryan,  otro mecenas, me encargaban 14 enormes murales donde  representara  la idiosincrasia de  España, sus costumbres y paisajes. Ocho años estuve recorriendo todas las provincias y tomando apuntes como loco. Fue un trabajo ímprobo pero mereció la pena; en 1914 quedaron terminados y expuestos junto a 26 obras más. Cuando llegué a Manhattan y vi las enormes colas que se formaban para ver mi exposición tuve un sentimiento extraño pero muy bueno. Los encargos de retratos de personalidades ilustres o famosas me llovían. Yo estaba encantado, primero Nueva York, luego Boston, Búfalo, San Luis, Chicago, San Diego…éxito, Éxito, ÉXITO!! Mi relación con Norteamérica fue como un amor a primera vista, una relación intensa aunque breve. ¡Qué tiempos tan felices! 

Una tarde de 1920, mi buen amigo el escritor Pérez de Ayala, vino a verme y me encargó un retrato para su esposa. A los pocos días la dama ya posaba en mi jardín y yo charlaba con mi amigo mientras pintaba. En un momento me dirigí a mi estudio para traer unos pinceles nuevos pero…no llegué; caí en la escalera y me sobrevino el maldito derrame cerebral que me causó la hemiplegia. Hace ya casi tres años que estoy más muerto que vivo.

Dentro de unos días nos iremos a pasar el verano a la casa de Cercedilla. Cambiaré un sillón por otro, una taza de porcelana por otra y veré pasar el verano.

                               …………………………………………………

(Joaquín Sorolla, 27 de febrero de 1863  -   10 de agosto de 1923)


viernes, 4 de octubre de 2019

ENTREVISTAS DESDE EL MÁS ALLÁ. ALBERT EINSTEIN.


ENTREVISTAS DESDE EL MÁS ALLÁ
ALBERT EINSTEIN NOS CUENTA

Hoy estamos con Albert Einstein que, con motivo del aniversario
de su nacimiento, nos cuenta cosas de su vida y nos descubre
otras.
-Walskium: Ante todo, agradecerle, señor Einstein, que nos
conceda esta entrevista.
- Einstein: Al contrario, es para mí un grato honor participar en
un magazine tan comprometido con El Arte, La Ciencia y La
Tecnología como Walskium.
-W: Pues pónganos en situación y cuéntenos a cerca de sus
padres y su infancia.
-A.E: Pauline Koch, mi madre, se casó con Hermann Einstein, mi
padre y, el 14 de marzo de 1879, vine al mundo. Ambos eran
judíos y vivían en Suabia. De ella heredé la perseverancia, la
paciencia y el amor por la música. Me enseñó a tocar el violín,
una de mis pasiones. De mi padre dicen que tengo su amabilidad.
Pero hay alguien muy especial para mí y que tuvo una influencia
enorme en mi desarrollo intelectual y en mi interés por la
ciencia, mis lecturas…mi querido tío Jacob, hermano de mi
padre. Fue una persona vivaz, emprendedora y que contagiaba
su entusiasmo a mi padre, -y a mí, posteriormente- en empresas
que no siempre salían como él esperaba, aunque esto no le
detenía para comenzar otro nuevo proyecto.
Respecto a mi infancia, tuve cierto retraso; hasta casi los 9 años
no pude hablar bien y esto me hizo retraerme y no querer jugar

con los niños de mi edad, excepto con Maya, mi dulce aunque
vivaracha hermanita.
Es curioso, pero este retraso del que yo era consciente, hizo
plantearme durante toda mi vida la relación espacio-tiempo tan
importante en mis trabajos como la Teoría de la Relatividad y en
mi existencia, hasta el final.
-W.: ¿Es cierto que a los 15 años un profesor le dijo “que jamás
conseguiría nada” y que “su sola presencia en clase minaba el
respeto que se le debía”? porque, me parece muy fuerte.
-A.E.: Si, bueno, creo que me tenía manía. (risas)
-W.: Nos gustaría saber de dónde viene el bulo de que sacaba
muy malas notas en mates, porque, francamente, esto era un
gran consuelo para mí cuando iba al cole.
-A.E.: Pues la confusión viene, creo yo, de diferentes métodos de
calificación escolar. Yo saqué 6 en Álgebra, Trigonometría, Física,
Geometría y Geometría Analítica, y eso en Suiza, es la mejor
nota, pero en Alemania…¡es la más baja!, supongo que de ahí el
error. Lo siento por ti. (amplia y pícara sonrisa)
-W.: Sabemos que en 1905 y mientras trabajaba en la Oficina de
Patentes en Berna, ya publicó su Teoría de la Relatividad, la
famosa E=mc2 que sentó las bases de la Mecánica Cuántica y de
la Física Estadística y en 1915 concluyó su Teoría General. ¿Era
consciente de la revolución científica que estaba creando?
-A.E.: Bueno, sabía que estaba trabajando en algo sin
precedentes, como mis estudios sobre la Física Teórica, el Efecto
Fotoeléctrico y el Movimiento Browniano por los que recibí el
Nobel en 1921.

-W.: Creo que ha sido usted bastante contradictorio en muchos
aspectos de su vida, por ejemplo, por un lado se erigía un gran
pacifista y antibelicista y luego…crea la Bomba Atómica. ¿Qué
sentido tiene?
-A.E.: Mire, me alegro mucho de poder contestar a esta
pregunta. Toda mi vida he llevado sobre mi lo de ser “El padre de
la Bomba Atómica”. En primer lugar yo no inventé la fisión del
núcleo con esos fines, y segundo, viendo crecer el nazismo a
pasos agigantados, unos colegas me hicieron ver qué pasaría si
los alemanes obtuvieran la bomba y la usaran para borrarnos de
la faz de la Tierra, y entonces escribí al presidente Roosvelt para
exponérselo. Hubiera sido bonito darle al Fürer un “zas, en toda
la boca” como diría Sheldon Cooper –me cae bien ese chiquillo y
sus amigos; si, no me pierdo un capítulo de Big Bang Theory-
Pero, volviendo al tema, también tras los ataques de Hiroshima y
Nagasaky, apelé a gobiernos y Naciones Unidas que no se usara
jamás y que se destruyera para salvaguardar la paz. Todos se
negaron y …hoy en día, ya veis en que manos anda aquí y allá;
menudo peligro. Menos mal que las guerras bactereológicas no
me son atribuídas. De cualquier modo creo que tarde o
temprano el Hombre se autodestruirá. Como dije en cierta
ocasión “Hay dos cosas infinitas, el Universo y la estupidez
humana. Y del Universo no estoy seguro”.
-W.: Pues me voy a permitir concluir esta entrevista con otra
frase suya que, para los tiempos que corren, nos viene al pelo.
Dice “En los momentos de crisis solo la imaginación es más
importante que el conocimiento”. Gracias señor Einstein y hasta
siempre.

jueves, 26 de septiembre de 2019

UN VIAJE ALUCINANTE

UN VIAJE ALUCINANTE

Quizás no debería desvelar estos secretos. Tal vez
sería mejor que el espectador se sorprendiera por sí
mismo ante tanto prodigio.
El mero hecho de encontrarnos ante un singular
edificio granate coronado por grandes huevos y
pináculos de doradas “Oscarinas”(yo las llamo así
porque parecen las novias de los Oscars) que
saludan estáticas al visitante, nos pone ya en
guardia abriendo una gran incógnita de lo que
puede albergar en su interior.
El Museo Dalí en Figueres es en sí un maravilloso y
sorprendente espacio que deja al visitante
boquiabierto. Un Cadillac muy sui géneris nos da la
bienvenida y sirve de base a una venus de
pétreos muslos y dos enormes bolondrios a modo
de pechámenes que pregona en silencio, a los
cuatro vientos todo lo que nos espera.
Desde el acristalado patio circular de dos pisos nos
vigilan más silentes “Oscarinas” alineadas en dos
filas paralelas entre profusa vegetación.
Y es a partir de aquí cuando la realidad es fábula y la
fábula realidad en este Universo de Dalí (y Gala,

siempre Gala hasta la saciedad y hartura más
absoluta). Recovecos insospechados, enseres
mágicos o artilugios indescriptibles. Subiendo o
bajando, disfrutando de las vistas que desde el
interior nos ofrece diferentes puntos de vista del
patio exterior.
De repente, entramos en una amplia sala. Todas las
miradas –y los móviles- de los visitantes apuntan
hacia el techo....Claro, ¡ahora lo entiendo!: un
enorme fresco policromado de la famosa pareja,
desde una perspectiva imposible; pies hiperbólicos
penden sobre nuestras mortales cabezas
elevándose hasta perderse en el Universo, su
Universo. Y en una alcoba, su dormitorio;
momentos íntimos congelados. Su sofá confundido
con la primavera de la pared. Relojes blandos…
Sientes que el Tiempo se detiene en una atmósfera
sin edad pero, a la vez, un esqueleto custodia la
cama endragonada recordándonos la fragilidad del
Monstruo que lo devora todo.
Seguimos la visita. Me gusta observar la cara de la
gente descubriendo esto o aquello. Si miras desde
arriba puedes ver a grandes grupos multiétnicos
sacando fotos al unísono, como extraños bancos de

peces. Salimos (o entramos, no sé) al patio interior.
Nos sentimos diminutos ante tan faraónicas obras.
Estallidos de color, diferencia de texturas, diseños
geométricos, ondulados, enormes retratos que
engañan al ojo humano… El diseño está presente
pero es algo secundario. Priman la imaginación
desbocada, los sueños materializados en frágil
cristal, en joyas únicas por lo raras, el vértigo
laberíntico del genio se materializa por doquier.
Seguimos subiendo por unas escaleras adornadas
por un espantajo que es una lámpara (¿don Ramón
María?...) y otros primores que se van descubriendo
a medida que asciendes.
La sala dedicada a Mae West ya…”rompe la pana”.
Conviene advertir a los más jóvenes que, esta
señora fue una actriz de carnes prietas, exuberante
trasero y ebúrneo escote a quien se deben frases
tan geniales como “Llevas pistola? O es que te
alegras de verme??” que le dijo –creo- a Jonh
Wayne en una del oeste. Vamos, que era una dama
de armas tomar. A Dalí estas palabras debieron de
llegarle al alma. (No sé lo que opinaría Gala en su
momento, pero…) tanto como para decorar esta
sala formando su cara con los muebles mientras del

techo pende (tiene bigotes la cosa) un cuarto de
baño –sí, has leído bien-. Se puede llegar más
lejos?? Si; a visitar su casa de Port Lligat a unos 40
km y de paso tomarte unos de los mejores coktailes
en muchas millas a la redonda de Cadaqués.
De visita obligadísima para los amantes del Genio.

KERPA, EL MOLEM




El joven molem se desperezó en su cubículo y salió al fabuloso día que, azul y brillante le aguardaba. Se sentía bien; no tenía ni hambre ni sed. Estaba pleno y feliz. Dio un salto y una gota malva de rocío le salpicó sus patitas. Se encontró a Kirina, su amiga y juntos, como siempre, se subieron a un alto pináculo donde se quedaron expectantes hasta que la estrella Pi-K apareció roja por el curvo horizonte y empezaron a aplaudir calurosamente. Después empezaron a hacerse cosquillas hasta ahogarse de la risa y cayeron rodando al fondo de un cráter. Menos mal que el suelo estaba mullido por una alfombra de solfléndulas esponjosas que amortiguó la caída. Fueron caminando de regreso a sus cubículos jugueteando con las briznas plateadas de los apicules que parecian chisporrotear a la luz de la estrella.  El día fue terminando. Qué bien lo habían pasado!! Mañana continuarían sus aventuras...

lunes, 25 de abril de 2016

ARTE CONFESIONAL; ARTE PSICOLANALÍTICO

                   ARTE CONFESIONAL; ARTE PSICOANALÍTICO
Celda (definición): Aposento individual de ciertos lugares;  instituciones militares, religiosas, penitenciarias. Casilla de los panales de las abejas. En Inglés también significa célula, unidad de vida.

¿Se puede enceldar el arte? Louise Bourgeois (París 1911-Nueva York 2010) nos demuestra con creces que así es, creando una forma muy innovadora de plasmar sus sentimientos en atmósferas distintas. Estas celdas son microcosmos autónomos que dejan que el  observador se implique y perciba todos los traumas de la niñez que  la artista supo exteriorizar y convertir en Arte, para el bien de la Humanidad. Gracias a una bendita resiliencia, podemos afirmar que es una de las artistas más importantes del pasado siglo.
 Más tarde volveremos al interesantísimo mundo de las celdas.
Pero buceemos un poco en su vida para entender mejor los sentimientos de Louise, su sufrimiento, sus tormentos íntimos y la ansiedad, amarga compañera de casi toda su existencia.
Louise Joséphine Bourgeois –ese es su nombre completo- fue la mediana de los hijos de una familia francesa dedicada a las antigüedades y la restauración y confección de tapices en su galería de un barrio de París, junto al Sena. Desde muy niña tuvo inquietudes artísticas dibujando en un taller de tapices  clásicos especializándose en piernas y pies. Estudió en La Sorbona, La Grand Chaumier y más tarde en La Escuela del Louvre y en la Academia de Bellas Artes. Se la asocia al Expresionismo Abstracto. Aunque empezó pintando, en los años cuarenta pronto  se vería más atraída por la escultura pues las tres dimensiones le permitían  plasmar mejor sus complicadas emociones.
Su padre fue un hombre mujeriego y déspota a quien su madre pasaba por alto todas las infidelidades pero que a la niña Louise marcó para siempre, reprobando  la conducta de ambos; el uno por engañar y la otra por aguantarlo estoicamente. La relación con su padre fue siempre extraña y tortuosa; por un lado, le quería mucho, pero por otro le odiaba y repudiaba todos sus actos.
 Años más tarde, en 1933, su querida y admirada madre- a quien pese a todo,  quería muchísimo-, delicada desde que contrajera la gripe española, falleció. Louise, que había abandonado sus estudios para cuidarla con abnegación hasta su muerte, sufrió el primer gran golpe de su vida.  Su padre había contratado a una institutriz y profesora de inglés a quien, al poco tiempo, convirtió en su amante –durante 20 años- . Bourgeois cayó en una depresión. Sumida en la ansiedad y la soledad es aquí cuando decide dedicarse al arte en cuerpo y alma. Estos temas, entre otros, serán una constante en toda su obra.
En 1938 abre su propia galería y allí conocerá a Robert Goldwater, un neoyorquino estudioso de arte con quien se casa yéndose a vivir a Nueva York. Durante décadas se relaciona con artistas europeos, Duchamps, Miró, Matisse…colaborando con ellos en algunas ocasiones.
Tres hijos, galerías y exposiciones llenan su vida hasta que en 1951 fallece su padre. Esto la marca definitivamente, de tal manera que acude durante años a sesiones de psicoanálisis que la ayuden a afrontar sus oscuros pensamientos y a hallar el origen de estos –aunque no lo digan explícitamente en ninguna biografía, entreveo visos de abusos paternos, aunque puede que solo sea una impresión mía-.
Estos sentimientos se revelan en la obra Destruction of the father (1974),  una paranoia en la que el padre, sentado a la mesa es descuartizado y engullido por la familia.  Se entiende como una rebelión –o venganza- ante el poder dominante de su progenitor.

Aunque ella decía que su arte no tenía género, propugnó la femineidad y el feminismo para protegerse de un mundo aterrador.
A menudo repetía el tema del cuerpo humano, la sexualidad y la fragilidad.
Alguien le pidió una vez que se definiera a sí misma, a lo que contestó “No soy lo que soy; soy lo que hago con mis manos”.
En los 60 empieza a trabajar con nuevos materiales; plástico, látex y goma. Tenía una gran facilidad para adaptarse a todo tipo de material.
Precursora indiscutible del Arte Confesional, para los que utiliza elementos autobiográficos; dijo llevar más de medio siglo inspirándose en los sempiternos traumas de su infancia y juventud, la traición y el abandono.
Tras la muerte de su marido en 1973 su vida experimentó un cambio volviéndose más transgresora y se acrecienta su feminismo. Conoce a Jerry Goravoy y este se convierte en su mánager.
En 1999 crea una de sus obras más representativas; una araña gigante de casi 10 metros de altura que titula Mamá, pues le Inspira protección, teje y es lista como su progenitora. Hizo también seis réplicas de bronce. Siempre que la veo me viene a la cabeza aquella adivinanza de “En alto vive, en alto mora, en alto teje la tejedora”. El Guggenheim de Bilbao la compró en 2011 y la exhibe al aire libre con un orgullo comprensible.
Al haberse criado en un mundo de agujas, telas y lanas, se encontraba muy cómoda entre ellas por esto las convirtió en metáforas de la presencia de su madre. “Las agujas reparan daños y las telas y lanas protejen, abrigan y dan cobijo y seguridad”.
Puede ser por esto por lo que de repente un día a finales de los 90, Louise abre un armario y empieza a vaciarlo sacando telas de toda índole, sábanas, colchas, pañuelos, vestidos, que guardaba desde los años 20 y comienza a confeccionar un libro-álbum de 36 hojas de tela titulado el Libro del Olvido, creando  composiciones abstractas de  extrema originalidad y belleza que concluye en  2002. –Como curiosidad diremos que el color verde brilló por su ausencia en esta obra. ¿Carencia de esperanza?.
En sus años como profesora de Arte invitaba a sus alumnos a reunirse en su casa de Chelsea una vez por semana. Allí hablaban de arte, discutían sus trabajos y ella les criticaba duramente y sin tapujos, si era necesario, aunque los estudiantes parecían estar encantados de aquellos coloquios a los que empezaron a llamar  Sunday, bloody Sundays.

¿Os acordáis de las Celdas que mencioné al principio?, pues Bourgeois trabajó en ellas de 1986 al 2008. Particularmente, en mi opinión es su mejor creación. En ellas vuelca toda la carga emocional –intelectual, psicológica y mental- Miedo al abandono, memoria y emociones, dolor y angustia, parecen acrecentarse con los años. Las celdas son como guaridas donde Louise se aísla y se protege de su pasado. Están realizadas con materiales de desecho, elementos que le proporcionaban sus amigos y objetos propios – trozos de alambrada, perfumes, mantas,…- Cargadas de simbolismo, estas 28 celdas numeradas del I al VI forman un todo fascinante, una entidad escultórica nunca vista, por lo innovador de su factura y su apariencia teatral. Fueron reunidas en 1991 en el Carnegie de Pittsburg ( sí, el mismo sitio donde estudió Warhol ). No nos extenderemos en comentar cada una de ellas; porque es mejor admirarlas y disfrutarlas en la realidad, a corta distancia para no perdernos ningún detalle. Merece la pena acudir al Museo Guggenheim de Bilbao porque se exponen hasta el 4 de septiembre. Nuestras felicitaciones a las comisarias de esta exposición, Julienne Lorz y Petra Joos así como al director del museo, Juan Ignacio Vidarte.
 Solo mencionaremos la que cierra la colección. Se trata de una escalera de caracol procedente de su estudio de Brooklyn al abandonar este en 2005 y que tituló Última subida. La escalera culmina con unas esferas que penden sobre ella. Es como una ascensión hacia el Universo infinito, como si la artista tras tanto sufrimiento en vida ansiara descansar de una vez por todas. Descanso merecido, sin ninguna duda.

burgeoise.guggenheim-bilbao.es






ANDY WARHOL; EL GURÚ DE LA MODERNIDAD

               ANDY WARHOL; EL GURÚ DE LA MODERNIDAD
No es fácil determinar si la sociedad influye en el Arte o. por el contrario, es este quien impone sus leyes y tendencias. El Arte es algo vivo, cambiante y lo que hoy son escuetas rectas mañana serán rotundas formas. Lo que ayer fue válido, hoy ya no lo es –aunque deje su huella-. Lo que está claro es que cada cierto tiempo surge algún “divino geniecillo ordenador” que crea un salto en la tendencia artística tan necesario para la evolución de las disciplinas como para la vida en sí misma. En este sentido, Andy Warhol haya sido tal vez la figura más relevante de la segunda mitad del siglo XX en Norteamérica y, por ende, en el resto del mundo.
Podemos imaginar al niño Warhola (verdadero apellido de su familia inmigrante eslovaca), enfermo en su cama debido a su enfermedad de Corea de Huntington –Baile de San Vito-, sin  amigos, alimentándose de la radio, las revistas, haciendo sus propias tiras de cómics, absorbiendo toda la publicidad de la época y recortando fotos de sus glamurosas estrellas de Hollywood. Hoy sabemos lo  importante fue para él esa etapa de su vida.
 El mismo joven diseñador que llegó a Nueva York años más tarde con el propósito de comerse un buen trozo de ese pastel del mundo de mass media, consumo y glamur. Aquello le estaba esperando y olía a dinero…y eso le gustaba. Warhol pronto despuntó en la vanguardia y poco a poco se fue formando su carácter excéntrico rodeándose de variopintos amigos; celebridades, bohemios, aristócratas, drogadictos, modelos, homosexuales…toda una fauna psicoldélica. Hermético en su vida íntima pero con gran dominio de los medios a quienes convocaba cuando quería anunciar algo, ya que no concedía entrevistas.

Pero para tratar de entender su obra hay que tener en cuenta su visión del mundo, de su percepción de la realidad. El Expresionísmo de los años 50 con su exaltación de sentimientos y estados mentales –angustia, miedo, depresión, pánico…- era demasiado denso para aquella época próspera y feliz ; la sociedad bien alimentada imperante la Norteamérica de los 60. Así pues, Warhol crea una nueva concepción del Arte y critica al Expresionismo liberándolo de la materia formal y conceptual.
 Una amiga le dijo que representara aquello que más le gustara a él; Warhol lo vió claro. Él consumía mucha sopa enlatada, adoraba la Coca Cola, a la que consideraba todo un símbolo de aquella sociedad (“la bebe igual el presidente, que Liz Taylor que un mendigo o que yo”) y denotaba cierta querencia por los dólares. Por eso lo plasmó una y otra vez en la Factory, donde sus compañeros y él trabajaban sin descanso para crear sus obras de Pop Art –arte popular-, aunque a mí me guste imaginar que lo de Pop es por explotar, reventar como una palomita todo ese arte nuevo. Muchos críticos debieron de considerar que una cosa es el Arte en serio y otra el arte en serie, si se me permite el juego de palabras, pero la verdad es que esa manera aparentemente mecánica estaba creada con todo detalle y no poco esfuerzo. También le criticaban la ayuda de sus artistas, por hacerle buena parte del trabajo que luego firmaba él, pero este contestaba que ya en el Renacimiento había talleres donde aprendices ayudaban a sus maestros, como Leonardo o Miguel Ángel. (y él no iba a ser menos, debió de pensar).
 Aunque tiene sus raíces en el Dadá en cuanto a unir arte y vida cotidiana, no lo hace a la manera de Duchamps cambiando el uso de las cosas y sorprendiéndonos, como con su Fuente-Urinario. Andy Warhol elije el objeto por su propio valor artístico más que por la realización de la obra en sí transmitiéndonos su sentir a través de este. La aparente superficialidad de sus obras no es banal sino todo lo contrario, le aporta la intensidad que necesita.
El Pop Art para Warhol es un estilo de vida y no lo utiliza tanto como ironía y parodia como hacen muchos de sus compañeros. A pesar de tener muchos detractores, Warhol es una pieza clave en la Historia del Arte Contemporáneo, por su propia obra, sí, pero porque, además, abrió muchas posibilidades de creación para futuros artistas.
En los años 70 empieza a hacer retratos a famosos a partir de fotografías conocidas de estos o incluso de fotos de las revistas que él recortaba, coloreándolas y acuñando su sello tan personal. Lo hacía aunque no conociera al famoso en persona; por ejemplo, el retrato de Marilyn lo realizó una vez fallecida esta y lo pintó con colores luminosos como signo del mito imperecedero que es. Alguien dijo que era curioso cómo las mismas estrellas que él siempre había seguido eran las que ahora le perseguían a él para que las inmortalizara. Esto me ha hecho recordar la primera noción que tuve de Warhol. A finales de los 60 empecé a coleccionar cajas de cerillas con sus retratos de Marilyn, James Dean… me pasaba las horas colocándolas y recolocándolas de múltiples maneras ajena a quién era ese señor que pintaba tan moderno. Cuando mi padre entraba por la puerta ya le estaba yo esperando ansiosa de ver si me había traído mis cerillas. Nunca me defraudó.
  Diseñó carátulas de discos de cantantes punteros, Los Rollings, Lou Reed y su Velvet Underground –de quien sería manager , Diana Ross, Lennon e incluso, años más tarde, de un imberbe  Miguél Bosé (“el hijo de un torero”, dijo) para su álbum Made in Spain. Para ello viajó a Madrid donde también conoció a Almodóvar y Mc Namara y vivió, aunque fuera de pasada, la “movida madrileña”.
También coincidió con Dalí en varias ocasiones; ¡qué dós excentricidades juntas! Ambos auténticos maestros en venderse a sí mismos, cada uno a su manera; uno coleccionando pelucas blancas y Rolex y el otro, panes payeses y barretinas.
Daría cualquier cosa por ver la cara que puso Andy cuando  mañana del 2 de agosto de 1971, una extraña comitiva se  presentó en la Factory. Un afeminadísimo Bowie y su mujer Angie mucho más masculina que su marido, ataviados a la última y extravagante moda londinense, su representante, Tony de Fries y demás acompañantes, fueron a rendirle pleitesía sin avisar. No sé lo que al cantante le haría más ilusión, si firmar su primer contrato millonario en Nueva York –para sus tres álbumes, Hunky dory, Ziggy Stardust y Aladine Sane- o conocer a Warhol e ingresar en su maravilloso mundo del Wilde Side y codearse con los personajes más guapos de la época. Warhol se sintió fascinado por  de David por su androgenia y ambigüedad. Ese mismo día nombró a uno de sus ayudantes, Tony Zanetta “ministro de asuntos Bowie”. Sin comentarios.

Existe una parte de su obra menos conocida. Me refiero a “Sombras” -“Shadows”- (1978-79) Se trata de una incursión del autor en lo abstracto y lo conforman una serie de 102 enormes lienzos serigrafiados colocados uno junto a otro para que el espectador no se distraiga y los disfrute como si de una única obra se tratase; de hecho es así.
A través de este escarceo con la abstracción, el autor explora el uso del espacio con el color y la luz y cómo lo percibimos. Siempre con la constante de evitar la huella personal en beneficio del tema. Aunque en este caso sea difuso e inidentificable. Aún así.
Quizás sea por esto su obra menos conocida al ser la menos expuesta ya que, al ocupar tanto espacio, nunca ha podido exponerse por entero en ninguna sala hasta ahora. Pero amigos, estamos de suerte porque el Museo Guggenheim de Bilbao lo alberga en sus paredes hasta el 2 de octubre.
Pero eso no es todo. En una sala del tercer piso de nuestro Guggenheim, las paredes están profusamente decoradas con 150 Marilyns Multicolores. Son lienzos realizados en acrílico y serigrafía. Esto es para no perdérselo.
Solo queda mencionar el desconcierto que suscita pensar que bajo esas múltiples capas de provocación, timidez, homosexualidad,  admiración, envidia, rechazo, paranoias,  oscuridad y tanta superficialidad, subyaga la persona culta, educada y religiosa –de misa diaria, según decía su párroco-. A lo mejor en esta controversia radique su encanto.
Y tal vez por eso su mejor obra sea Andy Warhol, él mismo proyectándose como imagen pública, transgresora, artista e intelectual por toda la eternidad.

*No te ovides. Hasta el 2 de octubre. Reserva ya tus entradas en el enlace de arriba y gana tranquilidad y comodidad.









jueves, 27 de noviembre de 2014

LA BELLA INVENTORA



El 9 de noviembre se celebra el Día Mundial del Inventor. ¿Por qué esta fecha? pues por el cumpleaños de la bellísima actriz, mito de Holllywood, Hedy Lamarr. La actriz vienesa y judía nacida en entreguerras fue ingeniera de telecomunicaciones y con su mente privilegiada  desarrolló un sistema secreto de comunicación sin hilos que  patentó junto a George Antheil, un músico amigo suyo. Lo puso al servicio del gobierno para luchar contra el nacismo y poder enviar misiles de forma que no fueran detectados. De momento la idea fue desechada pero años más tarde, en los 60 se usó en la crisis de los misiles de Cuba y Vietnam. Después EEUU lo ha venido utilizando en el sistema de defensa por satélite.
Lo realmente importante es que inventó un sistema basado en la modulación de señales de espectro expandido. -Si, yo tampoco entiendo ni jota lo que esto quiere decir- o, dicho de otra manera, que sentó las bases del wifi o el GPS, ni más ni menos. Así que no veo fecha mejor para celebrar este día. Por una vez se ha hecho justicia porque en el mundo de los inventos y las patentes ya se sabe que los hay muy rápidos para robar ideas y llegar los primeros atribuyéndose todo el éxito por los siglos de los siglos.
Los mitómanos pueden disfrutar con  Éxtasis, un film de factura checa del año 1936 en la que Lamarr aparece desnuda -por primera vez en la gran pantalla- durante 10 minutos corriendo por un bosque o, fotogramas más tarde, fingiendo un sutil orgasmo.
Como decía mi abuela, hay gente que  vale igual para un roto que para un descosido. Qué grande Hedy!!