lunes, 16 de marzo de 2009

COLOCÓN ERUDITO


A penas puedo recordar cuando fue la ultima vez que hicimos una escapadita turística a Madrid. Así pues, este finde, Jose y yo, hambrientos de cultura, nos fuimos de museos -esos restauantes del alma- para aplacar un poco la sed de arte durante una temporada. Madrid estaba radiante y multicolor este sábado protoprimaveral y se respiraba el aire nítido por el Paseo del Prado.
Como aperitivo, entramos al Botánico donde los retoños anuncian ya la inminente renovación de la naturaleza que inundan de vida y color a todo bicho vivente. Allí pudimos ver en el Pabellón de Villanueva la exposición Atrapados en el hielo que muestra la expedición a la Antártida de Shackleton a bordo del Endurence. Frank Hurley se encargó de hacer todo el reportaje fotográfico, que es de un valor y una calidad excepcionales. Llama la atención una gran pantalla cubierta materialmente de hielo en la que se proyecta un documental de sus peripecias, que no fueron pocas al quedarse el Endurence totalmente atrapado entre las placas de hielo e irse desarmando poco a poco al dilatarse estas, hasta dejarlo converido en un gran montón de maderos inservibles.
No está mal para abrir boca.
Tras saciar nuestra sed -ahora sí, con un buen tercio de Mahou-, nos encaminamos al Caixa Forum , donde se exponen en el exterior, algunas obras de Rodin, entre las cuales esta El Pensador que, sentado en su alto pedestal, sigue estrujándose el meolloo, ajeno al ir y venir de la gente que le atrapaba sin cesar en sus móviles.
Pero lo mejor de todo esperaba en la primera planta del Caixa, ese museo que cuando entras pareces estar en el Enterprice y que vas a ver al Capitán Kirk de un momento a otro. Como digo, lo mejor fué una exposición de obras de Maurice de Vlaminck, ese gran fauvista desconocido para mí y al que tuve gran placer en descubrir a traves de sus gruesos y feroces trazos. Os aconsejo la visita.
Cena y pernocta en casa de mis padres y, ya tempranito....hala, otra vez a trotar! Los domingos por la mañana, Madrid es otro. Se quita el traje de ejecutivo para ponerse vaqueros -que gran dicha!- Una vez en El Prado donde, después de saludar a El Bosco, como es de recibo, acudimos a ver las obras de Francis Bacon (Paco Panceta para los coleguis españoles). Plástica, colorista, brutal...una bomba. Genial.
A estas alturas os podeis imaginar la gran cogorza artística que nos corría por las venas...Menudo colocón. Hoy con una monumental resaca escribo este post y creo que tardearé en digerir todo este material. Me voy a dormir la Mona (Lisa).