viernes, 4 de octubre de 2019

ENTREVISTAS DESDE EL MÁS ALLÁ. ALBERT EINSTEIN.


ENTREVISTAS DESDE EL MÁS ALLÁ
ALBERT EINSTEIN NOS CUENTA

Hoy estamos con Albert Einstein que, con motivo del aniversario
de su nacimiento, nos cuenta cosas de su vida y nos descubre
otras.
-Walskium: Ante todo, agradecerle, señor Einstein, que nos
conceda esta entrevista.
- Einstein: Al contrario, es para mí un grato honor participar en
un magazine tan comprometido con El Arte, La Ciencia y La
Tecnología como Walskium.
-W: Pues pónganos en situación y cuéntenos a cerca de sus
padres y su infancia.
-A.E: Pauline Koch, mi madre, se casó con Hermann Einstein, mi
padre y, el 14 de marzo de 1879, vine al mundo. Ambos eran
judíos y vivían en Suabia. De ella heredé la perseverancia, la
paciencia y el amor por la música. Me enseñó a tocar el violín,
una de mis pasiones. De mi padre dicen que tengo su amabilidad.
Pero hay alguien muy especial para mí y que tuvo una influencia
enorme en mi desarrollo intelectual y en mi interés por la
ciencia, mis lecturas…mi querido tío Jacob, hermano de mi
padre. Fue una persona vivaz, emprendedora y que contagiaba
su entusiasmo a mi padre, -y a mí, posteriormente- en empresas
que no siempre salían como él esperaba, aunque esto no le
detenía para comenzar otro nuevo proyecto.
Respecto a mi infancia, tuve cierto retraso; hasta casi los 9 años
no pude hablar bien y esto me hizo retraerme y no querer jugar

con los niños de mi edad, excepto con Maya, mi dulce aunque
vivaracha hermanita.
Es curioso, pero este retraso del que yo era consciente, hizo
plantearme durante toda mi vida la relación espacio-tiempo tan
importante en mis trabajos como la Teoría de la Relatividad y en
mi existencia, hasta el final.
-W.: ¿Es cierto que a los 15 años un profesor le dijo “que jamás
conseguiría nada” y que “su sola presencia en clase minaba el
respeto que se le debía”? porque, me parece muy fuerte.
-A.E.: Si, bueno, creo que me tenía manía. (risas)
-W.: Nos gustaría saber de dónde viene el bulo de que sacaba
muy malas notas en mates, porque, francamente, esto era un
gran consuelo para mí cuando iba al cole.
-A.E.: Pues la confusión viene, creo yo, de diferentes métodos de
calificación escolar. Yo saqué 6 en Álgebra, Trigonometría, Física,
Geometría y Geometría Analítica, y eso en Suiza, es la mejor
nota, pero en Alemania…¡es la más baja!, supongo que de ahí el
error. Lo siento por ti. (amplia y pícara sonrisa)
-W.: Sabemos que en 1905 y mientras trabajaba en la Oficina de
Patentes en Berna, ya publicó su Teoría de la Relatividad, la
famosa E=mc2 que sentó las bases de la Mecánica Cuántica y de
la Física Estadística y en 1915 concluyó su Teoría General. ¿Era
consciente de la revolución científica que estaba creando?
-A.E.: Bueno, sabía que estaba trabajando en algo sin
precedentes, como mis estudios sobre la Física Teórica, el Efecto
Fotoeléctrico y el Movimiento Browniano por los que recibí el
Nobel en 1921.

-W.: Creo que ha sido usted bastante contradictorio en muchos
aspectos de su vida, por ejemplo, por un lado se erigía un gran
pacifista y antibelicista y luego…crea la Bomba Atómica. ¿Qué
sentido tiene?
-A.E.: Mire, me alegro mucho de poder contestar a esta
pregunta. Toda mi vida he llevado sobre mi lo de ser “El padre de
la Bomba Atómica”. En primer lugar yo no inventé la fisión del
núcleo con esos fines, y segundo, viendo crecer el nazismo a
pasos agigantados, unos colegas me hicieron ver qué pasaría si
los alemanes obtuvieran la bomba y la usaran para borrarnos de
la faz de la Tierra, y entonces escribí al presidente Roosvelt para
exponérselo. Hubiera sido bonito darle al Fürer un “zas, en toda
la boca” como diría Sheldon Cooper –me cae bien ese chiquillo y
sus amigos; si, no me pierdo un capítulo de Big Bang Theory-
Pero, volviendo al tema, también tras los ataques de Hiroshima y
Nagasaky, apelé a gobiernos y Naciones Unidas que no se usara
jamás y que se destruyera para salvaguardar la paz. Todos se
negaron y …hoy en día, ya veis en que manos anda aquí y allá;
menudo peligro. Menos mal que las guerras bactereológicas no
me son atribuídas. De cualquier modo creo que tarde o
temprano el Hombre se autodestruirá. Como dije en cierta
ocasión “Hay dos cosas infinitas, el Universo y la estupidez
humana. Y del Universo no estoy seguro”.
-W.: Pues me voy a permitir concluir esta entrevista con otra
frase suya que, para los tiempos que corren, nos viene al pelo.
Dice “En los momentos de crisis solo la imaginación es más
importante que el conocimiento”. Gracias señor Einstein y hasta
siempre.

jueves, 26 de septiembre de 2019

UN VIAJE ALUCINANTE

UN VIAJE ALUCINANTE

Quizás no debería desvelar estos secretos. Tal vez
sería mejor que el espectador se sorprendiera por sí
mismo ante tanto prodigio.
El mero hecho de encontrarnos ante un singular
edificio granate coronado por grandes huevos y
pináculos de doradas “Oscarinas”(yo las llamo así
porque parecen las novias de los Oscars) que
saludan estáticas al visitante, nos pone ya en
guardia abriendo una gran incógnita de lo que
puede albergar en su interior.
El Museo Dalí en Figueres es en sí un maravilloso y
sorprendente espacio que deja al visitante
boquiabierto. Un Cadillac muy sui géneris nos da la
bienvenida y sirve de base a una venus de
pétreos muslos y dos enormes bolondrios a modo
de pechámenes que pregona en silencio, a los
cuatro vientos todo lo que nos espera.
Desde el acristalado patio circular de dos pisos nos
vigilan más silentes “Oscarinas” alineadas en dos
filas paralelas entre profusa vegetación.
Y es a partir de aquí cuando la realidad es fábula y la
fábula realidad en este Universo de Dalí (y Gala,

siempre Gala hasta la saciedad y hartura más
absoluta). Recovecos insospechados, enseres
mágicos o artilugios indescriptibles. Subiendo o
bajando, disfrutando de las vistas que desde el
interior nos ofrece diferentes puntos de vista del
patio exterior.
De repente, entramos en una amplia sala. Todas las
miradas –y los móviles- de los visitantes apuntan
hacia el techo....Claro, ¡ahora lo entiendo!: un
enorme fresco policromado de la famosa pareja,
desde una perspectiva imposible; pies hiperbólicos
penden sobre nuestras mortales cabezas
elevándose hasta perderse en el Universo, su
Universo. Y en una alcoba, su dormitorio;
momentos íntimos congelados. Su sofá confundido
con la primavera de la pared. Relojes blandos…
Sientes que el Tiempo se detiene en una atmósfera
sin edad pero, a la vez, un esqueleto custodia la
cama endragonada recordándonos la fragilidad del
Monstruo que lo devora todo.
Seguimos la visita. Me gusta observar la cara de la
gente descubriendo esto o aquello. Si miras desde
arriba puedes ver a grandes grupos multiétnicos
sacando fotos al unísono, como extraños bancos de

peces. Salimos (o entramos, no sé) al patio interior.
Nos sentimos diminutos ante tan faraónicas obras.
Estallidos de color, diferencia de texturas, diseños
geométricos, ondulados, enormes retratos que
engañan al ojo humano… El diseño está presente
pero es algo secundario. Priman la imaginación
desbocada, los sueños materializados en frágil
cristal, en joyas únicas por lo raras, el vértigo
laberíntico del genio se materializa por doquier.
Seguimos subiendo por unas escaleras adornadas
por un espantajo que es una lámpara (¿don Ramón
María?...) y otros primores que se van descubriendo
a medida que asciendes.
La sala dedicada a Mae West ya…”rompe la pana”.
Conviene advertir a los más jóvenes que, esta
señora fue una actriz de carnes prietas, exuberante
trasero y ebúrneo escote a quien se deben frases
tan geniales como “Llevas pistola? O es que te
alegras de verme??” que le dijo –creo- a Jonh
Wayne en una del oeste. Vamos, que era una dama
de armas tomar. A Dalí estas palabras debieron de
llegarle al alma. (No sé lo que opinaría Gala en su
momento, pero…) tanto como para decorar esta
sala formando su cara con los muebles mientras del

techo pende (tiene bigotes la cosa) un cuarto de
baño –sí, has leído bien-. Se puede llegar más
lejos?? Si; a visitar su casa de Port Lligat a unos 40
km y de paso tomarte unos de los mejores coktailes
en muchas millas a la redonda de Cadaqués.
De visita obligadísima para los amantes del Genio.

KERPA, EL MOLEM




El joven molem se desperezó en su cubículo y salió al fabuloso día que, azul y brillante le aguardaba. Se sentía bien; no tenía ni hambre ni sed. Estaba pleno y feliz. Dio un salto y una gota malva de rocío le salpicó sus patitas. Se encontró a Kirina, su amiga y juntos, como siempre, se subieron a un alto pináculo donde se quedaron expectantes hasta que la estrella Pi-K apareció roja por el curvo horizonte y empezaron a aplaudir calurosamente. Después empezaron a hacerse cosquillas hasta ahogarse de la risa y cayeron rodando al fondo de un cráter. Menos mal que el suelo estaba mullido por una alfombra de solfléndulas esponjosas que amortiguó la caída. Fueron caminando de regreso a sus cubículos jugueteando con las briznas plateadas de los apicules que parecian chisporrotear a la luz de la estrella.  El día fue terminando. Qué bien lo habían pasado!! Mañana continuarían sus aventuras...